4 de enero de 2019

HISTORIAS CON SAL-2


El héroe naval inglés, vizconde Horacio Nelson, ordenó que su cuerpo fuera sepultado en la iglesia de San Pablo en Londres, y no en la basílica nacional de la Abadía de Westminster, porque había oído decir que Westminster se estaba hundiendo en el Támesis.

Hay una mina de sal en la ciudad polaca de Wieliczka, cerca de Cracovia, que ha estado en producción durante casi mil años.

A mediados del siglo XVII, los polacos construían canoas de doble casco hecho con fibras de coco tejidas, que podían navegar más de 1600 km, sin importar el tiempo que hiciera. Los cascos de madera, a veces de 24,39 metros de largo, eran atados entre sí y sobre ellos se construía una cubierta.

Joshua Slocum fue la primera persona en dar la vuelta al mundo navegando en solitario. Cuando tenía 51 años partió de Newport, Rhode Island, en 1895, en su bote ostrero Rocio, de 10,93 metros de largo, regresando 3 años y 2 meses más tarde, después de navegar durante 64 000 kilómetros.

Dos hombres remaron a través del Atlántico en 1896. Jorge Harbo y Frank Samuelson partieron de Nueva York en un bote abierto alternándose en los remos, y alcanzaron las islas británicas de Scilly. Estuvieron 55 días en el mar y recorrieron 4800 km. Sus provisiones incluían carne enlatada; 250 huevos; 45,36 kg de bizcochos marinos; 4,08 de café y dos tanques de agua fresca. Los aventureros tenían además una pequeña estufa y 18,93 litros de gasolina para hacerla funcionar.

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