20 de septiembre de 2018

UN LORO HABLANDO


Aunque los loros emiten sonidos que parecen palabras, no las crean igual que los seres humanos. Los loros no tienen ni cuerdas vocales ni caja de resonancia. Tienen un órgano vocal llamado siringe en la parte baja de la garganta, entre los bronquios y la tráquea. Dentro de la siringe hay una membrana cartilaginosa llamada membrana timpánica que vibra como un instrumento de viento cuando pasa el aire.

Cuando el aire sale de sus pulmones y pasa por la siringe se puede formar una variedad de sonidos. Al inicio de la tráquea, justo antes de los pulmones, hay una estructura ósea cuyas paredes vibran al pasar el aire. Pueden controlar la presión del aire de cada pulmón por separado, lo que les permite ajustar la resonancia de los sonidos. Por eso pueden hacer más de un sonido a la vez.

Los loros usan los músculos de la siringe, en la base de la tráquea y la parte superior de los bronquios, para modificar la forma y profundidad de este espacio y producir así muchos sonidos distintos. Los cambios en la resonancia vienen de las variaciones en la presión del aire, controlada desde los pulmones.

A diferencia de los humanos que movemos los labios para crear los distintos sonidos, el pico del loro permanece abierto pero relativamente inmóvil mientras habla. Aunque los loros tienen laringe, no tienen cuerdas vocales, la usan para que el agua y el alimento no pase a los pulmones.

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