12 de agosto de 2018

DERECHOS DE LA MUJER EN LA HISTORIA


Aunque ya existían algunos colegios para mujeres en los Estados Unidos en 1819, los primeros colegios de mujeres que ofrecían una educación casi igual que la de los mejores colegios masculinos, eran el Colegio Femenino Vassar, fundado en Poughkeepsie, Nueva York, en 1861; Wellesley, cerca de Boston, en 1871, y Bryn Mawr, en Filadelfia, en 1880. El primer colegio con coeducación, que ofrecía la misma educación a las chicas y a los chicos, fue Oberlin College, de Ohio, el cual otorgó el grado de bachiller a tres mujeres en 1841.

Para demostrar que las chicas podían dominar materias como las matemáticas y la filosofía, sin daño para su salud o su encanto, Emma Hart Willard, fundó el Seminario Femenino Troy (Nueva York), en 1821.

Margaret Higgins Sanger, la pionera del control de natalidad, fue una madre de once hijos.

Hasta 1932 no se había elegido a ninguna mujer para el Senado. La primera fue Hattie Caraway, demócrata de Arkansas. La primera candidatura para que una mujer entrara al Senado fue la de Rebeca Felton, una demócrata de Georgia, en 1922.

Dorotea Dix, la educadora del siglo XIX, y primera superintendente de las enfermeras del ejército de los Estados Unidos, recomendaba para enfermeras solo a mujeres que fueran fuertes y no demasiado guapas.

Ninguna mujer tuvo un puesto en un gabinete presidencial hasta 1933, cuando Frances Perkins fue secretario de Trabajo. Desempeñó su cargo durante una docena de años. Antes de su nombramiento, la señora Perkins era miembro de la junta municipal de la industria del Estado de Nueva York.

Epicuro (341-241 a. C.), para quien el bien y el placer eran sinónimos, fue el primer filósofo importante que aceptó a mujeres como estudiantes.

Merey Otis Warren (1728-1814), en una época en la que era raro que las mujeres desempeñaban algún papel en la vida pública, ella fue propagandista de la causa revolucionaria de los Estados Unidos, confidente de John Adams y una aliada admirada por la mayoría de los jefes rebeldes de Massachussets. Fue una feminista pionera que alegaba que la debilidad femenina no era más que el resultado de una educación inferior.

Durante varios años, en la pequeña población de Tweed, Ontario, existió un consejo formado exclusivamente por mujeres. Este fue el único caso de un liderazgo femenino en Norteamérica. En 1967, varios hombres se lanzaron como candidatos a los puestos que ellas desempeñaban, únicamente sobre la base de su sexo, y uno fue elegido.

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