27 de julio de 2018

COSAS DE LA PRENSA-3


El merito de haber inventado las entrevistas mediante citas previas pertenece a Anne Royall, la primera mujer que rompió lanzas como periodista de los Estados Unidos. Entrevisto a cada uno de los presidentes, desde John Quincy Adams hasta Franklin Pierce, y puso al descubierto los cohechos que se cometían en los departamentos federales y la incompetencia entre los empleados altos y bajos. Promovió campañas a favor de los servicios de correo dominicales y contra la práctica de dar azotes en la Marina. Un congresista le rompió una pierna en Vermont, un joven de Pittsburg le pego con una fusta, y tuvo que huir de Charlottesville, Virginia, con un tropel de estudiantes pegado a sus talones.

The Ladies Home Journal tuvo que incluir una mención al whisky y al champagne, dos bebidas que eran tabú para las revistas de mediados de 1890, a fin de conseguir los derechos de publicación para la novela de Rudyard Kipling “Guillermo el Conquistador”.

La circulación del Sol de Nueva York alcanzó su máxima tirada cuando editó una serie de artículos durante una semana, pretendiendo revelar que Sir John Herschel había descubierto vida en la luna por medio del más grande telescopio existente entones. Criaturas peludas como murciélagos estaban conversando…, sus gesticulaciones…, parecían apasionadas… El engaño se perpetró durante la ola de calor y una edición de guerra en 1835.

Se empleaban 140.36 hectáreas plantadas de árboles para imprimir la edición normal dominical del The New York times. Había alrededor de 63 000 árboles en las 140 hectáreas.

Una proporción elevada de los editores e impresores de periódicos en la Norteamérica Colonial eran mujeres. Seis mujeres servían como oficiales impresores a varios gobernadores. La esposa de John Zenger dirigió su periódico mientras él estaba en la cárcel, en 1734, acusado de libelo, en el primer caso de libertad de prensa producido en las colonias.

Los magnates ganaderos americanos se apropiaban de las tierras por todos los modos que les era posible. Uno de los métodos era el anunciarlos en el periódico local. El Times de Glendive, Montana, del 12 de abril de 1884, contenía este anuncio: “yo, el infrascrito, hago saber al público que reclamo para mí la desviación del valle situada más allá del arroyo Glendive como dehesa para ganado. Chas. S. Johnson”.  Estos anuncios no tenían valor alguno, pero lograban su objetivo.


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