2 de junio de 2018

DEMANDAS CURIOSAS-4


Pavel M., un preso rumano que tenía una condena de 20 años por asesinato, demandó a Dios basándose en que, en su bautizo, firmó un contrato en el cual se comprometía a mantenerle alejado de los problemas. Ese mismo año, un senador de Estados Unidos también demandó a Dios por causar catástrofes en el mundo.

Una mujer brasileña demandó a su pareja porque no conseguía que ella llegara al orgasmo. La mujer de 31 años, aseguró que su pareja de 38 años, terminaba normalmente las relaciones sexuales sin que ella hubiera acabado.

En el año 2006, un joven de Jiaxing, Shanghái, tuvo problemas con la ley del país después de poner en venta su alma por internet.

En el 2007, un padre de Zhengzhou, China, pudo llamar a su hijo @, según las leyes chinas, todos los nombres deber poder traducirse al mandarín.

Un tribunal de la India tuvo que decidir si un condón vibrador es un anticonceptivo o un juguete sexual. Unos denunciantes interpusieron una demanda ya que alegaban que los juguetes sexuales son ilegales en la India. Los condones tenían un dispositivo a pilas.

Allen Ray Heckard, demandó a Michael Jordan por trescientos sesenta y cuatro millones de dólares para compensarle por los daños emocionales que le causaba su parecido físico con el rey del baloncesto. Allen era diez años mayor y con veinte centímetros menos que Jordan.

Christopher Roller demandó a los magos David Blaine y David Copperfield, pidiéndoles un 10 % de sus ingresos. Según él, los trucos de ambos solo se podían realizar con poderes divinos y como él era Dios, nadie le había pedido permiso para emplear sus poderes.

Paul Shimkonis demandó a un club de topless de Tampa, florida, después de sufrir una lesión de cuello por los golpes que le dio con sus enormes pechos una de las bailarinas del local. Paul celebraba su despedida de soltero, alegó que sufría una incapacidad física, angustia mental y pérdida de la capacidad de gozar de la vida.

Roy L. Pearson, era un juez que demandó a su tintorería por la pérdida de un par de pantalones. Se excedió tanto en su demanda que dijo que sufría daños psicológicos por ello, reclamando 65 millones de dólares como compensación.


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