30 de mayo de 2017

ORGANIZACIÓN FISCAL DURANTE EL PAPADO DE AVIGNON


Durante el Papado de Avignon, en el siglo XIV, los ingresos procedentes de las rentas del patrimonio eran escasos, por esa razón se creó una moderna plataforma fiscal. Los medios de recaudación existentes fueron perfeccionados o se crearon otros, los principales eran:

Un conjunto de impuestos gravaba el nombramiento de abades y obispos de sedes y monasterios declarados reservados. Constituía el ingreso más importante y adquirió un gran desarrollo por la ampliación de las reservas.  El más importante era el llamado de servicios comunes. Se trataba de un impuesto que tenían que pagar los obispos y abades en el momento de su nombramiento, ratificación o consagración, siempre que la renta anual superase 100 florines de oro, los menores de esa suma estaban exentos.

Los servicios menudos, eran una cantidad variable equivalente a cinco veces la obtenida por uno de los cardenales asistente al acto de provisión, el importe recaudado se repartía entre los oficiales y familiares de la curia.

La expedición de documentos de cualquier clase, y su registro, estaban sometidos al pago de derechos de cancillería, lo que suponía una contribución de gran importancia.

Otros ingresos eran los derivados de las visitas ad limina, es decir, los regalos hechos con ocasión de esas visitas obligatorias para algunos obispos y abades y que más tarde se convirtieron en pagos por la dispensa de estas visitas; los censos de los reinos vasallos; las donaciones espontaneas hechas al Pontificado y la sanciones impuestas por los tribunales pontificios.

Existían otro conjunto de rentas cobradas por un bien organizado sistema de colectores y subcolectores, en las diversas naciones de la cristiandad. Todo ello proporcionaba material suficiente para criticar al Pontificado, diciendo que se preocupaba demasiado por lo material y olvidando la dirección espiritual de la Iglesia.

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