30 de octubre de 2016

REMEDIOS PARA EL RIÑÓN EN LA ANTIGÜEDAD


Para curar los problemas de riñón en la antigüedad, se utilizaban remedios de todo tipo. Vamos a conocer algunos de ellos.

Dibujar la figura de un león sobre una placa de oro, que el enfermo debía llevar al colgado al cuello en el momento en que el sol pasa el meridiano frente al signo de Leo. Algunos aconsejaban someter a los que padecían de cálculos al traqueteo de una carreta, el movimiento de un caballo trotón o subir cuestas y escaleras, eso ayudaba a que la piedra descendiera al fondo de la vejiga.

Otro remedio aconsejado eran los baños y semicupios con flores de malva, trébol marino y otras plantas. Eran muy utilizados los remedios de la piedra judaica, la de esponja, ceniza de escorpiones, de liebre quemada, cáscaras de huevos de los que salieran pollos, sangre de cabrón viejo alimentado con hierbas diuréticas, agua de rábanos, caldo de garbanzos negros, cenizas del ave caudal trémula y otras mucha sustancias que servían para elaborar supuestos remedios con los que, los médicos y charlatanes, adquirieron fama y dinero.    

Otro remedio muy usado era tomar cantáridas mezcladas con vidrio molido, ya que creían que está sustancia servía para triturar las piedras de la vejiga y los riñones.

Descripción de la operación para eliminar las piedras:

“Purgado el enfermo desde el día anterior, momentos antes de la operación dará uno o más saltos a fin de que la piedra baje al fondo de la vejiga. Se coloca al paciente en un banco o sobre las rodillas de un ayudante robusto, que le sostendrá los muslos fuertemente doblados sobre el abdomen, de suerte que no pueda, con sus movimientos, interrumpir la operación.

Oprimiendo con el puño el vientre por encima de la vejiga y hundiendo los dedos en el periné, se colocará la piedra en el cuello vesical, en la raíz de los testículos; se cortan los tejidos hasta encontrar la piedra, procurando que la incisión no sea en la comisura, porque es mortal, según Avicena, sino a la izquierda; sacada la piedra, limpia la herida y cosida, se embadurna con polvo rojo y clara de huevo, se venda con firmeza y hasta el tercer día no se descubre la incisión, que se curará con diapalma (emplasto compuesto de litargirio, aceite de palma, sulfato de zinc...) como las demás heridas”.

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