10 de agosto de 2016

LACNUNGA


Las prácticas médicas medievales se recogen en dos manuales anglosajones, el "Leechbook" y la "Lacnunga", en ellos se enseña cómo las culturas precristianas del norte de Europa se implantaron en la tradición grecorromana.

La llamada Lacnunga, es de siglo XI. Gran parte de las prescripciones que contiene proceden de la cultura popular europea; de los anglosajones, de los celtas o de los nórdicos. Hay remedios tomados de las antiguas culturas griega, hebrea y romana.

Leyendo, se puede comprobar los distintos puntos de vista con respecto a las enfermedades, sus causas y sus curas. Nos cuenta, por ejemplo, que una de las causas más importantes de enfermedad son las travesuras de los duendes, identificados como demonios por la iglesia. El libro nos explica como curar un disparo de elfo, nombre que designa una enfermedad causada por ataques demasiado visibles de éstos.

Las instrucciones que se recetan en estos libros es bastante simple, por lo menos hasta que eran elaboradas por el sanador: hierbas y otras plantas, partes de cuerpos de animales y sus excrementos, eran los ingredientes más utilizados para la composición de medicinas.

 La mandrágora se recomendaba para afecciones de los ojos, heridas, mordeduras de serpiente, dolor de oídos, gota, calvicie y muchos males más. El roble y a verbena tenía diversas utilidades mágicas. Las hierbas y ungüentos eran confeccionados con agua bendita y se recitaban plegarias sobre las hierbas: “Oh Dios, que al principio del mundo ordenaste a las plantas verdes… creced y multiplicaos, te ofrecemos nuestras humildes y suplicantes plegarias para que bendigas y consagres en tu nombre estas hierbas”

Si era en los cuerpos de los animales, cada órgano tenía unas propiedades especiales. Sobre el buitre da unas instrucciones detalladas de cómo debe usarse cada porción del pájaro. El cráneo envuelto en la piel de un venado, cura los dolores de cabeza. Su cerebro mezclado con un ungüento y metido en la nariz, era un gran remedio, también, contra los dolores de cabeza. Los riñones y testículos curaban la impotencia, si se secaban, pulverizaban después y eran añadidos al vino.

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