23 de julio de 2016

LA MALMAISON DESPUÉS DE JOSEFINA BONAPARTE


A la muerte de Josefina Bonaparte, en 1814, su mansión, la Malmaison, pasó a manos, en 1842, de Cristina de Borbón, que había abandonado España y su regencia, después del alzamiento del general Espartero. La viuda de Fernando VII compró la mansión para vivir con su segundo esposo, el duque de Riansares, y los hijos que habían tenido. En 1861, se la vendió a Luis Napoleón III, nieto de Napoleón y Josefina.

Se la encontró vacía, intentó recuperarla con algunos recuerdos de su madre y algunos documentos originales, recurrió a los almacenes reales y rescató algunos muebles, recuperó objetos, cartas, papeles, porcelanas y pinturas. Convirtió la Malmaison en un santuario a la memoria de su abuelo Napoleón.

En el año 1877, pocos años después de desaparecer el Segundo Imperio, el Estado francés, convirtió la Malmaison en un cuartel, para tiempo después, venderlo a una sociedad de inversiones británica. En 1896, la compró, el filántropo y mecenas Daniel Iffla, conocido como Osiris, tenía una gran fortuna conseguida en la banca y en el ferrocarril. Era un gran apasionado de la figura de Napoleón Bonaparte. Transformó la Malmaison, en 1924, en museo napoleónico.

JOSEFINA BONAPARTE Y LA MALMAISON

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