1 de junio de 2016

ADJA EL PRIMER SHAMÁN (LEYENDA PERSA)


Adja era un muchacho persa que enfermó de repente. Su cuerpo perdió toda la fuerza y fue dado por muerto. En realidad lo que le había sucedido era que había caído en un sueño muy profundo. Unos pájaros negros lo recogieron y lo elevaron al cielo, mundo superior que estaba regido por las aves.

Allí fue criado y educado por ellos. Cuando adquirió el grado de conocimiento deseado por los pájaros negros, lo redujeron al tamaño de un embrión y lo depositaron en el vientre de una mujer.

Al cabo de unos meses volvió nacer en el seno de una familia sin tener ningún recuerdo del pasado. Según iba creciendo, iba descubriendo que tenía poderes curativos, cuanto más mayor se hacía, sus conocimientos crecían con él. Se dedicó a curar a los enfermos, elaborara ungüentos, a recuperar almas perdidas, en definitiva, a utilizar todos los recursos que la naturaleza ponía a su alcance, siempre con la ayuda de los pájaros negros.

En su larga vida pudo enseñar sus conocimientos a algunos alumnos, y éstos a otros, de esa manera se desarrolló la tradición shamánica oriental. Sólo unos pocos elegidos pudieron demostrar sus dotes y desarrollar todos los conocimientos necesarios para convertirse en shamán (hombre medicina). La naturaleza se encargó de comunicarse con las personas elegidas para ser el enlace entre ella y los hombres, para que la humanidad recuerde siempre que ella está ahí y que bien utilizada revertirá en nuestro beneficio.

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