6 de abril de 2016

FAMILIAS HEBREAS


La familia hebrea estaba formada por el padre y sus varias esposas, los hijos varones con sus esposas y las hijas solteras, que cuando se casaban se iban a vivir con el clan de su esposo. La descendencia era muy importante para conservar y ampliar la fuerza familiar, por esa razón, las relaciones sexuales eran un medio para procrear, y se condenaban las que se apartaban de ello.

Según las leyes de la Torá (texto que contiene la ley y el patrimonio del pueblo de Israel) se prohibía el adulterio. Si un varón cometía adulterio al mantener relaciones sexuales con una mujer casada o que estuviera prometida. La mujer, lo cometía al mantener relaciones sexuales con alguien que no fuera su esposo o su dueño. El castigo era la pena de muerte para ambos. El mismo castigo lo recibían los que practicaban el bestialismo y los homosexuales.

Si una muchacha no llegaba virgen al matrimonio, la lapidaban. Si un hombre encontraba una virgen soltera y la obligaba a mantener relaciones sexuales con él, y lo descubrían, entonces el hombre debía pagar al padre cincuenta monedas de plata, y ella se convertía en su esposa, por la violación de él. Además él no se podía divorciarse de ella. Si dos hombres se peleaban y la mujer de uno agarraba con la mano al otro por los genitales para defender a su marido, a ella se le cortaba la mano.

No se podían mantener relaciones sexuales con nadie de la familia. El hombre no podía mantener relaciones con su madre o sus hermanas, ni con sus tías, ni las esposas de sus tíos o de su padre. Si estas leyes escritas en la Torá, no se cumplían, el castigo del cielo sería para ellos y sus descendientes en forma de plagas infernales y enfermedades mortales.

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