19 de enero de 2016

LA VIUDA CLICQUOT


Barbe-Nicole Posardin (1777-1866), nació en Reims, en el corazón de la Champaña. En aquella época, la industria textil era la que acaparaba la economía de la región. El padre de Barbe-Nicole, era un rico comerciante textil que aspiraba a entrar en la alta sociedad. El empresario comenzó a negociar con Philippe Clicquot, el industrial textil más importante de Reims, para casar a su hija con su hijo François, el único heredero de este.

Se casaron y al poco tiempo tuvieron una hija, Clémentine. Barbe-Nicole, de carácter inquieto, astuta y ambiciosa, quiso desde el principio participar en los negocios de su marido, al que se le había ocurrido producir vinos y champanes y venderlos por Europa como productos de lujo. En ese momento la exportación era un negocio raro y peligroso.

Ninguno de los dos tenía ni idea del negocio del vino, pero juntos aprendieron. En 1803, la guerra con Gran Bretaña paralizó el comercio. Dos años después François murió, oficialmente de unas fiebres tifoideas, pero las malas lenguas decían que se había suicidado por problemas económicos. El suegro de Barbe-Nicole, destrozado, pensó en cerrar la bodega de su hijo, pero ante la buena disposición de su nuera de arriesgar toda su herencia para recuperarla. El suegro le puso una condición a la joven viuda, de tan sólo 27 años, debía aprender durante cuatro años junto al reputado enólogo Alexandre Fourneaux.

Se asoció con Fourneaux y empezaron a sacar adelante la compañía, pero el bloqueo por las guerras napoleónicas fue un desastre. Pese a los esfuerzos, fue imposible remontar la empresa. El señor Clicquot, intentó remontarla invirtiendo grandes sumas de dinero.

En 1813, Barbe-Nicole, tuvo una gran idea. En su bodega tenía un vino excepcional, el de la cosecha de 1811, le había puesto el nombre de vino cometa, porque ese año se vio uno. Desafiando la vigilancia militar que impedía llegar a los clientes en potencia, envió un cargamento hasta Königsberg, actual Kaliningrado y esperó para entrar en San Petersburgo. Cuando el conflicto se arreglo, ella ya llevaba ventaja sobre sus competidores.

En 1816 inventó un sistema que mejoraba la calidad del champán y agilizaba su producción. Se colocaban las botellas de forma invertida en los orificios de un pupitre inclinado y en girarlas cada día un octavo de vuelta para que los residuos se situaran en el gollete (cuello de la botella). El depósito turbio, se retiraba cambiando el corcho. Esa gran idea convirtió al champán en una bebida cristalina. Para identificar sus botellas de las de la competencia, ideó el etiquetado, que era una etiqueta amarilla.

La viuda Clicquot no le pasó el relevo a su hija, a quien excluyó de los negocios familiares, la casó con un playboy. Barbe-Nicole murió en 1866, tres años después que su hija Clèmentine. Los herederos de sus socios siguen gestionando el negocio que lleva su nombre, el “Champagne Veuve Clicquot”

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