17 de enero de 2016

CONSEJOS PARA SEDUCIR A UN HOMBRE (SEGÚN OVIDIO)


Publio Ovidio Nasón (43 a. C.-17 d. C.) fue un poeta romano. Sus obras más conocidas son “Arte de amar” y “Las metamorfosis”, las dos escritas en verso. El arte de amar es un poema didáctico que consta de tres libros o cantos en los que da muchos consejos sobre las relaciones amorosas; donde encontrar mujeres, como recuperar un amor, como piropearlas, etc.

Ovidio en el libro III de su “Ars amatoria” nos enseña en esta ocasión cómo deben proceder las mujeres para seducir a un varón. Dice que fue Venus la que le dio el encargo de dedicar un capitulo a este tema.

Lo primero que recomienda es aprovechar el tiempo ya que este se lleva los mejores años con demasiada rapidez, disfrutar de él mientras se es joven y se puede confesar la edad. También les recomienda; seguir el ejemplo de los dioses inmortales y no negarles los encantos a los varones que las desean.

Sobre el pelo dice: “Nos cautiva la elegancia, que los cabellos estén alborotados, las manos que los peinan les dan y les quitan hermosura. Pero no es una sola manera de peinarse. Que cada una elija el peinado que le conviene y que lo decida delante del espejo”.

Del vestido nos cuenta que cada mujer elija el más adecuado a sus características, pues no todos le sientan bien a una, y a su presupuesto. Los tonos oscuros, dice, van bien con la piel clara y los claros a las morenas. Añade irónico: “Que eviten que los sobacos les huelan a macho cabrío y se le ericen las piernas de tiesos pelos”.

Sigue diciendo que las mujeres bellas no tienen necesidad de sus consejos, pero que es raro el rostro que no tiene algún defecto. Lo mejor, según él, es ocultar los defectos del rostro y del cuerpo. Las delgadas, llevaran vestidos de hilo grueso y el manto debe caer desde los hombros; las pálidas, llevaran tejidos a rayas; si los pies son feos, se disimulan con sandalias; si la espalda es pronunciada hay que ponerse hombreras finas; si se tiene poco pecho, hay que realzarlo; la que tenga mal aliento, que no hable en ayunas.

Hay que aprender a contonear el cuerpo, pero sin abusar. Aprender a llorar con elegancia y siempre que se quiera. Llevar la parte baja del hombro y la parte superior del brazo desnudo, sobre todo si la piel es blanca.  Es importante aprender a tocar el plectro y la cítara, y a recitar la poesía. Aconseja practicar el juego, el juego muchas veces prepara para el amor. y a tener siempre, el anzuelo preparado.

Aconseja evitar a los hombres que presuman de su hermosura. Lo que os dicen, se lo dijeron a miles de mujeres. Dice que hay que tener cuidado con los mentirosos, los que tienen mala reputación y  los ladrones. “Al que os mira, miradlo, al que os sonríe, sonreídle, al que os hace una señal, devolvédsela. Que el rico os dé regalos, que el que sabe de leyes os asesore y el que sepa componer poesías pregone vuestra hermosura”. “Si encontráis a un joven inexperto guardarlo para vosotras, que no se aparte de vuestro lado ni pueda conocer a otras”.

Sobre hacer el amor dice: “Hay que conocer bien el propio cuerpo pues no a todas les van las mismas posturas: las que son hermosas que se acuesten mostrando el rostro; las que tienen una espalda bonita, que se pongan de espaldas. Que no callen las palabras lujuriosas en mitad de la diversión. No permitáis que entre la luz en la alcoba pues conviene que queden ocultas muchas partes de vuestro cuerpo”.

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