14 de diciembre de 2015

CABALLOS


El caballo era originalmente un animal pequeño, incapaz de llevar un jinete durante períodos prolongados. Cuando el caballo domesticado, más grande, criado por tribus nómadas para la guerra, apareció por primera vez en el Oriente Medio y Europa, fue recibido con pavor. Los ancestros del caballo medía sólo alrededor de 30 centímetros de altura hace 60.000.000 de años.

El caballo prehistórico desapareció de América hace alrededor de 30.000 años. Los caballos que hay ahora en el Oeste descienden directamente de los caballos salvajes de Asia Central, los cuales son descendientes de los caballos importados por los europeos.

Los caballos no fueron empleados para trabajos de agricultura hasta el siglo XII, porque el arnés de pecho utilizado desde los tiempos romanos era ineficaz. El invento del arnés de brazuelo, la collera, les permitió tirar de un peso mucho mayor y por lo tanto, de aperos agrícolas.

En los primeros años de este siglo, más de 100.000 caballos estaban destrozando y contaminando las calles de la ciudad de Nueva York. El código de la ciudad todavía estipula que haya postes de amarrar frente al ayuntamiento para que los reporteros puedan atar sus caballos.

Una cuarta parte de los caballos de Estados Unidos murieron por efecto de una vasta epidemia de virus en 1872. La vida y la industria norteamericanas fueron inhabilitadas por la reducción de caballos.

Un jefe de la tribu india Omaha, Blackbird fue enterrado sentado sobre su caballo predilecto.

Hernán Cortés, conquistador español, introdujo el herraje en Norteamérica. Marcaba su ganado y sus caballos con tres cruces. La práctica se propagó a través de todo el Oeste sin cercas, donde el ganado campaba a sus anchas.

De 1850 a 1880, la causa más común de muerte entre los vaqueros del Oeste americano, era ser arrastrados por un caballo mientras tenían obstruidas las espuelas en los estribos.

Mientras Adolf Hitler se encontraba en el poder en Alemania, no se permitió a los policías y a los granjeros que llamaran “Adolf” a sus caballos.

Para hacer más bonitos sus desfiles, los sibaritas enseñaban a sus caballos a bailar al ritmo de la música. Cuando la caballería de los sibaritas atacó Crotón, hacia 510 a. C., ciudad situada a 112 kilómetros al sur de Sybaris, en Italia, los hombres de Crotón, enterados de la habilidad de los caballos, empezaron a tocar en sus flautas una animada canción; los caballos se pusieron a bailar de inmediato al compás de la música. El ataque de la caballería se deshizo y el ejército de los sibaritas fue aniquilado.

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