30 de noviembre de 2015

EL TIMO DEL CONDE VÍCTOR VON LUSTIG


En el año 1922, un banquero de la ciudad de Kansas recibió la visita de un caballero que decía venir de Europa y llamarse conde Víctor von Lustig (1890-1947). Contaba que a causa de la guerra, tuvo que abandonar su país, Austria, y vender todas sus propiedades. Tenía en su poder dos bonos de veinticinco mil dólares cada uno, con ellos quería comprar alguna propiedad en la zona.

Para ello necesitaba cambiar esos bonos, por dinero en efectivo. En el banco comprobaron que esos bonos eran auténticos, así que Lustig les pidió un préstamo de diez mil dólares, de la época, para empezar con sus inversiones en la ciudad.

En un momento de la venta de los bonos, sin que nadie se diera cuenta, Lustig cambió los bonos auténticos por los falsos. Con toda tranquilidad, se marchó con los bonos verdaderos y con los diez mil dólares del préstamo. Cuando en el banco se dieron cuenta de la estafa, llamó a unos detectives, para que investigaran donde se encontraba Lustig. Él no había huido, lo encontraron tranquilamente en su casa. Parecía que los esperaba.

Durante el viaje a la comisaría, Lustig siguió con sus trucos de estafador. Les dijo a los detectives lo dañino que podría ser para el banco, que ese sucio asunto viera la luz, quedando el banco muy mal, y exponiéndose a que sus clientes retiraran su dinero. Lustig quedó en libertad, y hasta el último momento demostró sus dotes de estafador. Denunció a los detectives por su detención y su traslado a comisaria. Tuvieron que indemnizarlo con mil dólares.

No fueron sus únicos timos, entre todos ellos destacan: el timo de la máquina de dinero y la estafa de vender la Torre Eiffel dos veces.

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