18 de octubre de 2015

MANTELES Y SERVILLETAS EN LA ANTIGÜEDAD


Los griegos del tiempo de Aristófanes se limpiaban y frotaban las manos con miga de pan, que tiraban al suelo una vez bien impregnada de grasa y salsa. Los orientales elaboraban una masa hecha con agua y harina, algunas personas de la alta sociedad, se limpiaban restregándose las manos en las cabelleras de jóvenes esclavos que estaban sentados a los pies de sus amos.

En Roma, bajo el reinado de Augusto, eran desconocidos los manteles y servilletas. Tiempo después se introdujo la costumbre de cubrir las mesas con ricos manteles de lino bordado, paños de lana fina y de seda, enseguida se incorporaron las servilletas.

Los caballeros y damas de la Edad Media hacían algo parecido, sustituyendo las cabelleras de los esclavos con el pelo de sus perros. Más adelante, durante las comidas, los pajes pasaban palanganas con agua perfumada para que se lavaran las manos los comensales y seguidamente les ofrecían una servilleta, que era más bien una toalla, para que se secaran.

Los escitas usaban como servilletas las cabelleras arrancadas de sus enemigos, cuantas más cabelleras podían presentar, más valiente era el poseedor. Los celtas, se secaban las manos aprovechando los haces de heno que utilizaban como asientos. Los espartanos colocaban al lado de cada comensal un montón de paja para limpiarse. Los cronistas mencionan como objeto de gran lujo seis servilletas que la ciudad de Reims regaló al rey de Francia Carlos VII, el día de su coronación.

En el siglo XVII, los manteles en Francia, Inglaterra, Bélgica y España, eran de damasco. Los manteles llegaban hasta el suelo y los pliegues del planchado quedaban marcados. En Venecia, los manteles eran lujosísimos, con incrustaciones de encaje. En la corte de Luis XIV las servilletas eran inmensas, se almidonaban y después se planchaban dándoles formas; de flor, de abanico, etc.

0 comentarios :