12 de octubre de 2015

EL DIAMANTE KOH-I-NOOR


Koh-i-Noor es uno de los diamantes más famoso de la historia. Su origen se desconoce, y su valor es incalculable. Según cuenta la leyenda, el diamante tiene cinco mil años de antigüedad. Su primer dueño cuentan que fue el dios Krisna, a quien se lo robaron mientras dormía.

El emperador mogol Babur, que fue el conquistador, en 1526 de Delhi (India), escribió sobre el diamante en sus memorias. Estas memorias con el tiempo se han convertido en la fuente más fiable sobre la historia de la India, y menciona que el rey Aladino se la quedó para él, después de saquear la ciudad de Malwa, en el año 1304.

El diamante pasó entonces por las manos de los distintos emperadores mogoles de la India, hasta que el país fue conquistado por Nadir Sha (1688-1747), guerrero afgano, en 1739. Según la leyenda, Nadir, para conseguir el Koh-i-Noor recurrió a una artimaña.

La estratagema fue la siguiente: el diamante estaba escondido en el turbante de Mohammed Shah, el emperador mogol, Nadir sugirió que, como muestra e fraternidad después de la guerra, ambos gobernantes debían intercambiarse los turbantes. Como Mohammed no podía negarse, no tuvo otra posibilidad que acceder. Cuando Nadir, registró el turbante, quedó tan alucinado con el diamante que encontró que exclamó: “¡Koh-i-Noor!”=”Montaña de Luz”, en hindi. Pasando a llamarse así.

Después de pasar por muchas manos, el diamante se encuentra actualmente en la Corona Británica. Llegó después de que las tropas británicas saquearon la ciudad de Lahore y encontraron la piedra entre sus tesoros, tomándolo como botín de guerra. Este diamante le hace compañía a otros dos mil diamantes. Esa corona y sus diamantes han servido para la coronación de varios reyes, entre ellos a Isabel II de Inglaterra.

Actualmente, el diamante Koh-i-Noor, pesa unos 105 quilates (unos 20 gramos). En su época se decía que era el diamante más grande del mundo: 186 quilates cuando estaba en poder de los emperadores mogoles.

La leyenda negra dice que ese diamante tiene una maldición, que trae desgracias a sus propietarios. Puede que sea un bulo, pero varios de sus dueños han tenido muertes violentas y crueles.

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