5 de agosto de 2015

INVENTOS MÉDICOS


Charles Richet (1850-1935), catedrático de Fisiología de la Universidad de París, estaba estudiando el veneno de las anémonas marinas y quiso saber qué cantidad necesitaba para matar a una persona. Empezó a experimentar con animales, a un perro le administró una dosis y se había recuperado, le volvió a dar otra dosis inferior, el perro se puso a vomitar con convulsiones y murió pocos minutos después por asfixia.

Richet llegó a la conclusión de que la primera dosis le había dejado sin defensas y eso provocó una sensibilidad especial al veneno. Este descubrimiento recibió el nombre de “anafilaxia” (reacción alérgica mortal). Recibió por ello el Premio Nobel en 1913.

René Théophile Hyacinthe Laënnec (1781-1826), médico, era muy tímido y eso le impedía poner la oreja para escuchar los sonidos en el pecho desnudo de sus pacientes, y escuchar los latidos del corazón. Un día, iba camino del Hospital Necker de París, donde trabajaba, vio a dos niños jugando en la calle con una tabla de madera; uno apoyaba su oreja en ella y el otro, por el otro extremo daba golpes sobre la madera.

A René esa escena, le dio una gran idea. Enrolló unas hojas de papel a modo de cilindro y lo aplicó sobre el pecho de una paciente que padecía del corazón. Se sorprendió al escuchar perfectamente los sonidos del corazón y los de la respiración. Desde ese momento lo utilizó habitualmente. En 1816, con esa idea, inventó el estetoscopio, al que llamó primero “pectoriloquio” o “trompetilla”.

Johann Leopold Auenbrugger (1722-1809), médico, tenía un problema al querer explorar el tórax de sus pacientes. En una ocasión observó como un vendedor de vinos golpeaba con los nudillos los toneles para saber la cantidad de vino que quedaba en ellos. A partir de esa idea, inventó un método para explorar al que llamó “percusión”. Después de experimentar durante siete años, en 1761 publicó un libro llamado “Nueva invención”.  Con este libro se puede saber que enfermedades se ocultan en el pecho, golpeando de una manera u otra la cavidad torácica.

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