2 de agosto de 2015

AMOR ANIMAL (2)


Los pingüinos Adelaida tienen una manera de actuar un poco particular. En el ártico, donde viven, las piedras son indispensables para que las hembras hagan sus nidos, pero son muy escasas. Cuando sus parejas se ausentan, las hembras suelen intercambiar sexo con los pingüinos solteros a cambio de piedras que ellos tienen guardadas.

Entre los bononos (chimpancé pigmeo), el sexo es más importante que para cualquier otra especie. Algunos de ellos tienen peleas y es muy común que la resuelvan con sexo oral o que intercambien comida por encuentros sexuales. Utilizan el sexo para solucionar cualquier problema.

Los love bugs o moscas del amor, son populares por su manera de copular. Cuando las hembras se encuentran listas para reproducirse vuelan a través de un enjambre en el que los machos las esperan. Cuando ellas entran, el más listo vuela rápidamente y se aferra a la hembra. Otros rivales intentan hacer lo mismo, y algunos lo consiguen, arrebatando la hembra, siempre y cuando la pareja no haya juntado sus genitales. Durante el apareamiento ambos permanecen pegados, cada uno mirando hacia el lado contrario, durante tres días, si tienen que volar, lo hacen enganchados. Cuando terminan de aparearse, las hembras ponen sus huevos y mueren de inmediato.

La culebra listonada inicia su ritual de apareamiento, cuando la hembra acaba su etapa de hibernación y entra en celo. En ese momento libera una feromona que es detectada por los machos que están cerca y, empiezan a buscarse, dando comienzo a una especie de orgía animal. Existen algunos machos que emiten las mismas feromonas que las hembras. Estos ejemplares son capaces de engañar a otros machos y los hacen con el propósito de obtener la protección y el calor que hay durante el apareamiento.

Los machos de las jirafas, cuando tienen deseo de aparearse le hacen a las hembras un examen para ver si vale la pena gastar su energía y su tiempo en conquistarlas. Primero busca a una hembra, la golpea en el muslo para provocarle deseos de orinar, una vez que ella lo hacer, el macho toma un trago de su orina para saber si está en celo y, comprobar que pueden tener descendencia. Si la orina le gusta, empieza a coquetear con ella. Las hembras suelen rendirse a sus encantos.

Cuando un macho de puerco espín detecta que una pareja se encuentra en celo, se levanta en dos patas, se mueve lentamente y lanza un potente chorro de orina, si en el lanzamiento no le gusta a la hembra, se sacude la orina y se aleja para siempre de él. Si por el contrario, a ella le gusta, se inclina para que él pueda penetrarla sin hacerle daño con las púas. Las hembras son muy activas sexualmente, si el macho no está a la altura de sus necesidades, lo abandona y se va a buscar a otro.

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