28 de abril de 2015

PRIMEROS ANTICONCEPTIVOS (2)


En la antigüedad era muy común utilizar plantas, o partes de ellas, para ayudar tanto problemas de fertilidad o como anticonceptivos. Normalmente se preparaban en soluciones orales, pero también era normal prepararlas en pesarios administrados directamente a la mujer en forma de tampón. Para ello se utilizaba un soporte de madera donde se enrollaba un trozo de lana impregnado con la solución anticonceptiva o abortiva.

El apio fue utilizado como anticonceptivo en Egipto, así como el pepino y la pasa silvestre. El “silphium”, una planta extinguida, originaria del norte de África, era utilizada para abortar, la ruda era otra de las plantas usadas para inducir un aborto. Un anticonceptivo muy común era la ingestión de una solución a base de cobre chipriota que evitaba el embarazo durante un año.

También se utilizaban métodos sobrenaturales para evitar embarazos e incluso interrumpirlos. El conocido como “nudo de Isis”, se aplicaba como un tampón, y servía para cerrar y proteger el cuerpo de la mujer contra intrusiones externas.

Plinio el viejo cuenta como bebiendo un caldo extraído del nenúfar durante doce días seguidos volvía estériles a los hombres. Según la tradición, el nenúfar surgió de la muerte de una ninfa a manos de Hércules, de esa manera ésta se vengaba de los hombres. Plinio se refería a otro método más duradero que consistía en untar con una loción a base de cicuta en los testículos del hombre durante su pubertad. Eso eliminaba totalmente el deseo sexual.

Para aumentar la fertilidad femenina se preparaba un recipiente repleto de orina vieja, se calentaba con hierros incandescentes para producir vapor. Se colocaba a la mujer sobre el recipiente, los vapores de los orines subían a sus genitales, y parece ser que esto favorecía la concepción.

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