27 de marzo de 2015

JURAMENTO EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE GRECIA


En el día señalado para comenzar los Juegos, formando un vistoso cortejo, todos los participantes, acompañados de sus entrenadores y precedidos por los “hellanodikai” (jueces supremos de los Juegos), partían hacia Olimpia, desde Elis (Élida) a unos trescientos estadios (57 kilómetros), donde el grupo es esperado y recibido con gran alegría. En la mañana del primer día, los atletas seleccionados, se inscribían en las listas oficiales. Los más devotos realizaban sacrificios de purificación y ofrendas a sus dioses.

Entrada ya la mañana, formando otra vez un cortejo, los hellanodikai, árbitros, aurigas, atletas y jinetes, así como los padres, hermanos y entrenadores de los concursantes, se dirigían al “Buleuterion” para prestar el juramento ritual. La comitiva se concentraba en el gran patio cuadrado. En el centro se levantaba la estatua de Zeus Horkio o dios del juramento, este dios inspiraba espanto a los pecadores. Juraban ante él para no hacer trampas, seguir las normas de los entrenamientos, no aceptar sobornos, etc.

Finalizado el acto, los asistentes, junto con los altos magistrados, se dirigían a las proximidades de la entrada del estadio, para presenciar el concurso de heraldos y trompeteros que abría el festival. Los heraldos hacían alarde de sus voces, compitiendo en mostrar la voz más potente y que se escuchara más lejos. Los trompeteros hacían sonar sus instrumentos, algunos tocaban dos trompas a la vez.

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