29 de marzo de 2015

HISTORIAS DE BARCOS


En 1906, en un barco con bandera alemana, el Grosser Kurfurst, que navegaba desde Bremen a Nueva York, nacieron seis bebés. Uno nació en los camarotes de primera clase, unos gemelos en segunda clase, y unos trillizos en tercera clase.

En 1997, un barco pesquero japonés fue rescatado en el mar de Japón, al este de Corea. Según declaraciones de la tripulación, una vaca cayó del cielo, provocando el hundimiento. Nadie les creyó y fueron encarcelados. Dos semanas después, la Fuerza Aérea rusa informó de que la tripulación de uno de sus aviones de carga había robado una vaca. A la vaca no le gustó el viaje en avión y empezó a moverse. Muertos de miedo por los movimientos que la vaca provocaba en el avión, lo empujaron y lo lanzaron al vacío, desde una altura de diez mil metros. Sobrevolaban el mar de Japón.

En el año 1983, una compañía islandesa de barcos naufragados, encontró en el fondo del Océano, el pecio Wapen Van Ámsterdam, que se había hundido en 1667 con cuarenta arcones de oro y cuatro toneladas de diamantes. El gobierno de Islandia subvencionó los trabajos. Después de ser sacado del mar, observaron que se trataba de los restos de un mercante alemán, cargado con arenques, hundido en 1903.

Yusuf Ismael, luchador turco, realizó en 1897 una gira por Estados Unidos. Un año después murió ahogado cuando regresaba a su país. El barco en el que volvía, zozobró y colisionó con otro buque. Casi todos los demás pasajeros se salvaron nadando, él se negó a quitarse los cinturones cargados de oro que había ganado en sus combates, y se hundió.

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