25 de enero de 2015

REGLAS DE URBANIDAD PARA USO DE SEÑORITAS


A mediados del siglo XIX (1859) Fernando Bertrán de Lis, escribió “Reglas de urbanidad para uso de señoritas”, algunas de ellas están totalmente fuera de lugar en la actualidad (y antes), otras son simplemente buena educación hace 150 años y hoy en día.

Algunas de esas reglas:

-Cuando una joven sale con su madre, algún pariente o persona a quien debe respetar, debe cederle la derecha, arreglar su paso al suyo, y ofrecerle con el mayor respeto el brazo si lo cree útil y agradable.

-Si en alguna reunión alguien toma la palabra, es muy feo que una joven esté distraída, que se recueste en la silla, que juegue con la sortija o el abanico, o que mire al suelo, pues con esto denota que la conversación no solo la fastidia, sino que hace poco caso de la persona que está hablando.

-Cuando la joven esté de pie debe tener el mayor cuidado en tener las piernas derechas, no dejar caer la cabeza de modo indolente y afectado, ni inclinarla a los lados. No debe apoyarse en la pared, contra los muebles y mucho menos contra la silla de nadie. Ni apoyar el cuerpo sobre una pierna alargando la otra. La cabeza y el cuerpo derecho, los talones juntos y las puntas de los pies hacia afuera.

-Es de mala educación que la joven, pasando por el lado de un hombre desconocido, se vuelva hacia él con el semblante de modo que haga creer que tiene interés por aquel hombre.

-En una conversación una joven debe medir las palabras antes de hablar, tener una prudente reserva, ser modesta y estar en silencio; porque el silencio es el ornato de las mujeres.

-Es de insigne vileza hablar mal del prójimo cuando esté ausente; y porque quien habla mal de uno, puede hablar igualmente mal de nosotros.

-La Joven bien educada no debe hablar de edades en presencia de los ancianos, de salud a los enfermos, ni de convites suntuosos a las personas que sólo tienen lo necesario para vivir; ni de la cultura a los que no la poseen.

-Cuando la joven salga de paseo acompañada de sus padres, y estos se parasen para hablar con alguien, la joven debe separarse lo suficiente para no oír lo que estén conversando.

-Una mujer bien educada debe saber hacer todo cuanto compete a su sexo, sin necesidad de que nadie le ayude. Debe saber hacer toda clase de labores, cuidar de la despensa, arreglar el gasto de la casa.

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