17 de noviembre de 2014

DESCUBRIMIENTO DE LA TUMBA DEL APÓSTOL SANTIAGO


A principios del siglo IX unos fieles empezaron a notar unas luces extrañas durante la noche en una parte de la fortaleza sobre la que se asentaría Compostela. También un ermitaño, Pelayo, que vivía en el lugar entregado a la oración y la penitencia, vio las luces. Avisado el obispo de Iria, Teodomiro, fue al lugar de los hechos, recomendando un ayuno de tres días para después empezar a investigar el suceso. El lugar se limpió de maleza y comenzaron las excavaciones.

Empezaron a sacar ladrillos, trozos de mármol, sillares de granito, hasta que se encontraron con los muros de un pequeño monumento labrado, siguieron descombrando y dejaron al descubierto la construcción y el pavimento que lo rodeaba. Allí observaron dos sepulturas cubiertas con baldosas de ladrillo, la puerta estaba tapiada, la derribaron. En ese momento Teodomiro entró y vio un altar, y al pie del altar, una losa sepulcral rodeada de un suelo de cerámica.

Levantaron la losa y apareció un cadáver, que por el lugar donde estaba ubicado, debajo de un altar, debía de ser un santo, un gran santo. Se registraron todos los objetos que se encontraban allí; la bóveda, las paredes con pinturas, y todos los rincones del monumento, Teodomiro se fijó en la lámpara que estaba cerca del altar, y encontró pruebas evidentes de que el santo que reposaba allí era el Apóstol Santiago. Después de investigar en algunos códices que se encontraban en Iria, se comprobó que efectivamente era el apóstol de España.

Teodomiro no tardó en comunicar la notica al rey Alfonso II el Casto, quien, poco después, estaba postrado ante el sepulcro. El papa León III anunció la noticia a todo el mundo cristiano. El rey levantó allí la primera iglesia, un humilde edificio: tenía las paredes de piedra, pintada con barro y cubierta con una sencilla moldura. Estaba rodeado por un muro flaqueado por torres. La noticia del descubrimiento de la tumba del Apóstol, traspasó fronteras y empezó el culto a la tumba del santo.

En la segunda mitad del siglo IX, las peregrinaciones aumentaron, y la antigua iglesia quedó pequeña. El obispo Sisnado y Alfonso III, iniciaron la construcción de una segunda iglesia alrededor del año 890. La nueva iglesia, de tres naves y separada por columnas, albergaría el edificio con el altar de Santiago en el ábside central. Fue consagrada el 6 de mayo del 899. Otras edificaciones fueron construidas alrededor, entre ellas un hospital cercano al templo y anexo a la muralla, para pobres y peregrinos. Al mismo tiempo habitantes de variada procedencia empezaron a instalarse en sus alrededores.

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