27 de julio de 2014

VIDA PASTORIL EN LA EDAD MEDIA


La trashumancia no sólo fue una actividad económica, fue también una ocupación de muchos castellanos que hicieron del pastoreo su forma de vida. Una cabaña trashumante constaba de varios miles de cabezas y era gobernada por un mayoral, que era el máximo responsable ante el dueño, a quien rendía cuentas.

La cabaña se dividía en rebaños que reunían unas 1.000 cabezas, atendidas por cinco pastores: un rabadán, jefe y responsable del rebaño ante el mayoral; un compañero o segundo, un sobrado o tercero, un ayudador o cuarto y un zagal. Los rebaños trashumantes estaban formados por ovejas, carneros y corderos de raza merina, algunas veces incluían ganado vacuno, caprino y de cerda.

El zagal era el que cuidaba del hato propiedad de los pastores, llamado excusa, pues acompañaba al rebaño en la trashumancia, y tenía derecho a pacer gratuitamente en los mismos pastos que los ganados del dueño. Cuidaba también las yeguas en las que los pastores transportaban su ropa, un caldero y el cundido (sal, pimienta, ajos, aceite, manteca).

A los pastores les ayudaban varios mastines para vigilar al rebaño de las alimañas. Los contratos de los pastores solían durar un año (de esquileo a esquileo), normalmente una misma familia de pastores servía durante generaciones en una misma cabaña.

Los rebaños avanzaban por la cañada unos veinte o treinta kilómetros diarios, tardaban en llegar a las dehesas unos veinte días. o. Los pastores dormían, comían y se cobijaban del mal tiempo en unas casas ubicadas en unos parajes llamados majadas, que era donde se reunía el ganado para pasar la noche. El mayoral fijaba su residencia en el pueblo más cercano donde alquilaba una casa en la que guardaba la ropa y los efectos personales de los pastores, y también se quedaban en esta casa cuando caían enfermos. El mayoral contrataba los servicios de un panadero que se encargaba de hacer pan para los pastores. La dieta pastoril era frugal, eran muy famosas las migas y la caldereta.

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