24 de junio de 2014

ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA DE LOS PAPAS DE AVIÑÓN


El 9 de marzo de 1309, el papa Clemente V, instaló la corte pontificia en Aviñón (Sur de Francia), lejos de las intrigas y revueltas en Roma. Fue sede pontificia desde 1309 hasta 1378. Los papas de Aviñón realizaban tareas de relaciones internacionales, atendían los asuntos eclesiásticos de todas las naciones de la cristiandad y administraban los bienes pontificios. Contaban con la mejor administración de su tiempo.

La administración central de la monarquía pontificia estaba integrada por cuatro organismos: Cancillería, Cámara, Justicia y Penitenciaría.

La Cancillería era el conjunto de oficinas encargadas de la expedición del volumen documental emitido por el Pontificado. Estaba dirigido por el vicecanciller, que normalmente era un abad o un obispo al que se le solía conceder el cardenalato. A sus órdenes se hallaban un numeroso personal, que incluía notarios, abbreviatores, scriptores, bullatores, registradores y diversos subalternos.

Los documentos expedidos por la Cancillería eran redactados una primera vez de forma extractada, consignándose en ella los datos principales por los abbreviatores. Ese sumario, la minuta, se pasaba a otra dependencia llamada “la grossa”, en la que trabajaban un gran número de scriptores. El documento ya redactado era revisado por otros funcionarios, que comprobaban la corrección de su redacción y su concordancia con la minuta. Una vez aceptada era clasificada para su lectura ante el Papa o ante los correspondientes auditores, según su importancia. Cumplidos los requisitos la bula era sellada y registrada. Los encargados de esta tarea eran los “bullatores”.

La Cámara era el organismo financiero. Al frente de la Cámara se encontraba el camarero, que era siempre un obispo, al que se le otorgaba el capelo cardenalicio. Vigilaba la gestión económica, autorizaba los libramientos, supervisaba las cuentas y recibía las liquidaciones de los colectores apostólicos, a él le correspondía el nombramiento de colectores apostólicos y la supervisión de su gestión. Bajo la dirección del camarero se encontraba un gran número de funcionarios. El camarero contaba con un tribunal propio, disponía incluso de cárcel para hacer cumplir las condenas dictadas por su tribunal.

La administración de justicia se especializaba en recibir demandas de los más variados temas; políticos y causas criminales. Estaba presidida por un cardenal que recibía la misión de juzgar una causa concreta realizando su propia investigación.

La Penitenciaria era la encargada del estudio y concesión de las dispensas de edad, de parentesco, de inhabilidad, de imponer y levantar las censuras eclesiásticas, etc. A su frente estaba un penitenciario, que era cardenal presbítero y cardenal obispo. Contaba con su propia cancillería, su cuerpo de legistas y un grupo de penitenciarios menores, encargados de oír las confesiones y otorgar absoluciones y dispensas, si estaban en su jurisdicción, o remitirlas al penitenciario.

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