7 de abril de 2014

ALIMENTACIÓN EN LA EDAD MEDIA


La máxima preocupación en las mesas de la Edad Media, la elaboración de los productos que se consumían ya que formaba un signo de distinción y prestigio social. El lujo no radicaba en los productos, sino en la forma de cocinarlos. En la Baja Edad Media empiezan a aparecer en Europa Occidental los primeros recetarios de cocina.

Los alimentos indicaban el nivel social de quién los poseía. En la época medieval existían decretos que establecían que alimentos podían ser consumidos por los nuevos ricos y cuáles no. Esas mismas normas ordenaban que el alimento de las clases obreras se debía refinar menos que el de las clases sociales altas, se creía que el trabajo manual duro requería un alimento con características menos refinadas y menos costosas.

La sociedad medieval comía dos veces al día; almuerzo al mediodía, y una pequeña merienda por la tarde-noche. En caso de celebraciones sociales, las meriendas se sustituían por un gran banquete.

El pan era fundamental en la alimentación, lo elaboraban con harina, mezcla de trigo y centeno. Las carnes más consumidas eran la de cerdo y pollo, la ternera era muy poco común. Existía una extensa variedad de pescado fresco. Utilizaban mucho la leche de almendras, tanto dulces como amargas, esta leche la utilizaban en platos de estofados, en salsas, etc. Era habitual el consumo de higos, nueces, piñones, pasas. Las frutas dependían de la época, las más utilizadas eran las manzanas y las uvas. También consumían arroz, zanahorias, cebollas, ajos, etc.

Lo condimentaban todo con especias como nuez, clavo, jengibre, azafrán, canela, mostaza, pimienta, orégano, perejil, etc.

El arte de servir la mesa lo introdujo en al-Andalus desde la corte de Bagdad, el músico y poeta Ziryab, que llegó a Córdoba en el siglo IX. Enseñó a los cordobeses el arte de cocinar y servir los alimentos. Implantó el orden con el que debían servirse los platos, las bandejas cubiertas con paños de cuero fino, que los vinos se sirviesen en copas, en lugar de en vasos de oro y plata, etc.

Los reyes y nobles preparaban en sus cortes a los que se iban a ocupar de servirles la mesa, formándoles profesional y moralmente. Alfonso X sigue los consejos de Aristóteles, que mucho antes había dado unos consejos a Alejandro Magno: “los servidores deben proceder de buen lugar, pues de ese modo tendrán vergüenza de actuar mal, han de tener buen seso, porque así sabrán lo que les conviene, y deben poseer algunos bienes, porque si son medianamente ricos, no se dejarán arrastrar por la codicia”.

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