22 de septiembre de 2013

METRO GOLDWYN MAYER

El 17 de mayo de 1924 se firmó la fusión de las compañías Metro Goldwyn Picture y Louis B. Mayer Pictures, esta fusión dio como resultado la Metro Goldwyn Mayer (M.G.M.). También nació su “icono” más conocido, el león.

El león nació gracias al reportero Howart Dietz que empezó a trabajar de publicista en la MGM., y buscando un símbolo para la nueva empresa se le ocurrió utilizar un diseño que había creado hacía unos años para la Universidad de Columbia. En las primeras películas no rugía, entre otras cosas porque el cine era mudo. En 1928, al empezar el cine sonoro, se grabaron rugidos por un lado y los incorporaron al león.

El primer león que utilizaron para la grabación se llamaba “Slats”. Llegó desde Sudán y su viaje hasta Hollywood no fue nada fácil: su avión chocó antes de despegar y sobrevivió al accidente de dos trenes y a la inundación de un barco. Acudía a los estrenos en su propio coche, y sus cuidadores firmaban autógrafos por él. Al hacerse viejo, se utilizaron otros leones: Tanner, Jackie, Coffee y George.

El eslogan de MGM era: “Más estrellas que en el firmamento”. En su “catálogo” tenían entre otros a Elisabeth Taylor, Marlon Brando, Clark Gable, John Wayne, Gene Kelly, etc. Algunas de sus películas: Anna Karenina (1935),Tarzán de los monos (1932), Cantando bajo la lluvia (1952), La gata sobre el tejado de zinc (1958), El cartero siempre llama dos veces (1946), Siete novias para siete hermanos, (1954), 2001: Una odisea del espacio (1968), Fama, (1980).

Los estudios de la MGM se convirtieron en el centro de la elegancia y la fascinación, y era un gran honor para los actores pertenecer a la compañía.

Las malas lenguas contaban algunas anécdotas sobre sus actores como por ejemplo que Cary Grant eran tan tacaño que cobraba los autógrafos a 15 centavos, o que Clark Gable se negó en un principio a trabajar en “Lo que el viento se llevó” porque no le gustaban los personajes de época. El mismo Clark, también se negó a quitarse el bigote para trabajar en “Rebelión a bordo”, los de la Metro le dijeron que tenía que afeitárselo, y se lo afeitó.

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