28 de agosto de 2013

SILHOUETTE Y SILUETA


Étienne de Silhouette (1709-1767) fue durante ocho meses, en el año 1759, Inspector General de Francia. Durante ese mandato indignó a todos los sectores sociales y dejar en la ruina las finanzas nacionales francesas.

Luis VX, con la protección de Madame Pompadour, fue el que lo nombró, después de la Guerra de los Siete Años. Nada más tomar posesión de su cargo empezó a reorganizar la agricultura nacional y la administración del Estado. Acabó con los privilegios fiscales de los nobles y la iglesia.

El resultado de esos cambios fue que la agricultura entró en una desorganización descomunal. Los funcionarios se rebelaron al saber que iba a gravar sus ingresos con los mismos impuestos que los del resto de ciudadanos. La nobleza se alborotó al ver reducidas sus rentas y prebendas. O sea, un caos.

Al darse cuenta de su popularidad, se animó y puso en marcha la segunda parte de sus reformas. Entre sus “ideas brillantes” se le ocurrió recortar los gastos del rey, sobre todo los utilizados en las diversiones reales. El rey los aceptó, pero se aburría tanto que los nobles le financiaron sus juergas, y también le dieron dinero de otros gobiernos.

Los nobles y la clase obrera con la conspiración de los funcionarios empezaron a tener privilegios fiscales, no muy legales. Por todos esos motivos se dio cuenta de que sus medidas no eran demasiado eficaces. A pesar de eso, no se rindió y se le ocurrió subir los gastos públicos y multiplicar los impuestos. Se “inventó” nuevos impuestos, entre ellos uno sobre el lujo que cargaba el disfrute de servicio, carruajes, puertas y ventanas y todo lo que significaba lujo. La tarifa de los solteros era el triple que la de los casados. Otro de los impuestos que aplicó era sobre los artículos de consumo de primera necesidad, la gente humilde se indignó.

El pueblo se sublevó, incluido el Parlamento, de esta manera, el 20 de noviembre de 1759 a los ocho meses de su mandato fue destituido. Abandonó la corte y se retiró a un castillo en Bry-sur-Marne, donde se dedicó a reformarlo.

Todo lo que hizo fue después objeto de burla, su actitud tacaña llegó a ser sinónimo de cosa terminada o hecha barata. Durante ese período se hizo famosa una forma de arte que consistía en un objeto o escena sin rasgos distintivos, con la silueta en negro (era la forma más barata de plasmar el aspecto de una persona). A ese arte lo conocemos como silueta, en honor a Silhouette.

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