22 de julio de 2013

MUERTES EXTRAÑAS


El rey Alejandro I de Grecia (1893-1920) murió por la mordedura de un mono amaestrado que tenía como mascota y que le contagió la rabia.

El Papa Benedicto I (?-579), que estuvo como Papa entre los años 574 y  579, murió de un susto al saber que los lombardos invadían Roma.

El Papa Clemente VII (1478-1534) murió el 25  de septiembre de 1534 después de comer una seta amanita faloide.

Alan Pinkerton (1819-1884), que fue fundador de la agencia de detectives “Pinkerton”, murió por morderse la lengua, después de caerse y enfermar de gangrena.

Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682), pintor español, murió como resultado de una caída desde el andamio, en el que se encontraba subido pintando un fresco.

El rey Maximiliano de Austria (1459-1519), murió de una indigestión de melones. Lo enterraron en el ataúd que hacía años que llevaba siempre con él.

Ludovico Pio (778-840), rey de Aquitania y emperador de Occidente y rey de los francos e hijo de Carlomagno, murió del susto al ver un eclipse lunar, fue el 15 de mayo del año 840.

Según la leyenda, el rey Felipe I El Hermoso (1478-1506) murió en Burgos como consecuencia de beber agua fría después de jugar un partido de pelota.

Esquilo (525 a. C.-456 a. C.), dramaturgo griego, murió por el golpe de una tortuga que se desprendió de las garras de un águila que volaba sobre él.

La bailarina Isadora Duncan (1878-1927) murió al romperse las vértebras cervicales después de engancharse su chal en las ruedas traseras del coche en el que viajaba.

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