18 de febrero de 2013

TOPACIO



El nombre de topacio, según Plinio el viejo, viene de una isla del Mar Rojo, “Topazos”, hoy en día, Zabargad.

Los egipcios creían que el topacio tenía el color dorado por los rayos del dios del Sol Ra. Eso hizo que fuera un amuleto muy poderoso que los protegía contra toda clase de males. Los romanos asociaban el topacio con Júpiter, su dios del Sol.

En la Antigüedad pensaban que el topacio ayudaba a mejorar la vista. Los griegos confiaban en su poder sobrenatural para aumentar la fuerza y hacer a quien lo llevaba invisible, en caso de necesitarlo

Decían que el topacio cambiaba de color con la presencia de comida o bebida envenenada. Sus poderes curativos místicos cambiaban con las fases de la luna.

En la Edad Media se creía que el cosmos estaba reflejado en las piedras preciosas. El topacio tenía asignado el planeta Venus. El movimiento esotérico revivió la antigua creencia y la industria joyera lo aprovechó.

Se pueden encontrar de distintos colores; amarillo oro, naranja, negruzcos, azules, rojizo. El amarillo limón es el más caro por ser menos frecuente.

Los mayores depósitos de topacios se encuentran en Brasil, Australia, China, Japón, México, Pakistán, Rusia, Ucrania, etc. El topacio azul claro se encuentra en Inglaterra, Irlanda del Norte y Escocia.

Se pueden encontrar topacios de gran tamaño, como el descubierto en 1964 en Ucrania, pesaba unos 100 kg. En la corona portuguesa, “Braganza” se encuentra un topacio gigante. En la bóveda verde en Dresde, también hay uno muy grande.

Se dice que estimula la simpatía, y que favorece el apasionamiento en las relaciones amorosas. Aplaca la ira, ahuyenta la melancolía, agudiza el ingenio. En la antigüedad creían que la persona que llevara un lazo con un topacio atado en el brazo izquierdo quedaba libre de hechizos y maleficios.

Dicen que cura las hemorroides, los trastornos mentales, retrasa el envejecimiento, combate los dolores de cabeza.

2 comentarios :

enrique DICE

Algún Dios egipcio puso 2 topacios en los ojos de una isleña...

Ana DICE

Enrique, muchas gracias, siempre tan cariñoso conmigo. Un beso fuerte.