3 de febrero de 2013

DISTINTAS ÉPOCAS DEL CALZADO



En la antigüedad, el calzado era muy simple y con pocas diferencias, casi siempre se limitaba a una plantilla de cuero o de fibras vegetales trenzadas, y que iba sujeta al pie mediante cintas o correas.

El calzado grecorromano dio una gran variedad al tipo de suelas. El calzado de los militares romanos fue la cáliga, que era una sandalia con unas correas que se ajustaban por encima del tobillo. En roma el calzado indicaba la clase social, los cónsules usaban zapatos blancos, los senadores zapatos marrones cogidos por cuatro cintas negras de cuero atadas con dos nudos.

En la Edad Media se utilizaban las babuchas y los botines con la punta muy larga, y botas altas y ajustadas. El material más corriente era la piel de vaca, pero los botines y las botas de mayor calidad estaban fabricados de piel de cabra.

Durante el Renacimiento se puso de moda entre algunas mujeres (principalmente cortesanas y prostitutas) unos zapatos especiales para la lluvia llamados chapines que llevaban unas plataformas de hasta 75 centímetros de altura.

En el siglo XVIII  se utilizaban zapatos con hebillas y botas de campana para montar. A principios del siglo XIX las mujeres empezaron a usar zapatos de raso o cuero con tacón, sujetos con cintas a la pierna.

Hasta 1850 los zapatos no tenían ninguna diferencia para un pie o para otro. Se confeccionaban rectos y podían ser calzados indistintamente en los dos pies.

El origen de la numeración en los zapatos es inglés, el rey Eduardo fue quien señalo las medidas. La primera referencia de la industria del calzado en Inglaterra es de 1642, cuando Thomas Penddlton preparó 4000 pares de zapatos y 600 pares de botas militares.

A mediados del siglo XIX empezaron a aparecer las primeras máquinas auxiliares para la confección de calzado. En la cuarta década del siglo XX se ampliaron los materiales, se empezaron a usar gomas y materiales sintéticos.

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