28 de agosto de 2012

ELOÍSA Y ABELARDO


Eloísa fue una mujer especial para su época, estudió medicina y filosofía, cosa rara en esa época. Su tío, Fulberto, canónigo, contrató al filósofo y teólogo Pierre Berenguer, conocido como Abelardo, que era profesor en la Universidad de París para en enseñar a la sobrina. Eloísa tenía 16 años, Abelardo 38.

Entre ellos surgió el amor, como consecuencia de esto, ella quedó embarazada. Para evitar problemas, Abelardo fingió su rapto y la mandó con su hermana a Bretaña, donde dio a luz un niño al que llamaron Astrolabio.

Fulberto, el tío, insistía para que se casasen, y Abelardo accedió a casarse con la joven siempre que la ceremonia se celebrase en secreto y nunca se supiese que estaban casados. Eloísa rechazó la proposición para no perjudicar la reputación de Abelardo. A pesar de eso, se casaron.

Fulberto hizo pública la noticia y Abelardo mandó a su esposa a la abadía de Argenteuil para que no hubiera tanto escándalo. El tío, pensando que Abelardo quería deshacerse de su sobrina, contrató a unos sicarios que entraron en casa de Abelardo y según órdenes de Fulberto, lo castraron.

Desesperada con la noticia, permaneció el resto de su vida en la Abadía convertida en una abadesa, pero sin olvidar a su amor.

Él volvió tras un tiempo a dar clases y fundó en la región de Champagne la escuela de filosofía del Paráclito, olvidando poco a poco a Eloísa. Sus ideas avanzadas, propiciaron sus problemas en el Sínodo de Soissons y en el Concilio de Sens. Acabo sus días como monje en un convento, escribiendo libros de teología y su autobiografía; “Historia de las desventuras de Abelardo”.

Eloísa le sobrevivió veintidós años, murió igual de enamorada de Abelardo, y fueron enterrados, por fin, juntos.

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