28 de junio de 2012

GIOVANNI BATTISTA BELZONI


El 3 de diciembre de 1823 moría, en circunstancias no muy normales, Giovanni Battista Belzoni. Este curioso personaje, que fue artista de circo, actor, cantante de ópera, ingeniero e investigador, llego por primera vez a Egipto en el año 1815.

Ansioso por cambiar de actividades como de lugares, se presento como inventor con un molino de agua que había construido, cuyo rendimiento era cuatro veces el normal; ofreció esa primicia al sultán Mohamed Alí y cuando éste rechazó su invento, Belzoni se dedicó a la arqueología, fue uno de los pioneros de la actividad que se había empezado a desarrollar a partir de la campaña de Napoleón en Egipto.

Buscó tesoros durante cinco años e hizo numerosos descubrimientos, entre los que se cuenta la tumba del Faraón Seti I. Al cabo del tiempo, aquel hombre que había llegado a Egipto como aventurero, se había dedicado por completo a la arqueología.

El año 1820 regresó a Inglaterra, dejando abiertas al público todas sus excavaciones y, aunque más tarde decidió emprender un nuevo viaje de exploración por el continente africano, jamás volvió a ver Egipto.

En el mes de abril de 1823, Belzoni embarcó con su esposa en una chalupa que salió de Londres rumbó a África. Desembarco en Tánger con el propósito de atravesar el Sahara en dirección al Sudán, pero no pasó de Fez.

Mientras tanto su esposa había regresado sola a Inglaterra, según habían convenido. Ni Belzoni ni sus porteadores pudieron entrar en el país, pues los tuaregs se lo impidieron, él decidió continuar el viaje hasta Sierra Leona por mar.

Entonces fue cuando se sintió atacado por una misteriosa enfermedad que le provocaba fiebre y delirios, aunque un curandero le dio aceite de ricino y opio, el enfermo aseguraba que la hora de su muerte estaba próxima.

Esperando que la brisa marina le beneficiase, lo llevaron a bordo, pero continuó desvariando al tiempo que se mantenía en su idea de que sólo le quedaban unas horas más de vida. Y así fue, aquella misma tarde de diciembre murió.

¿Otra de las maldiciones de los Faraones?

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