24 de enero de 2012

HISTORIA DE LA QUIROMANCIA


La ciencia de adivinar el futuro en las rayas de la mano (Quiromancia) ya era conocida por los egipcios y los asirios, que la miraban con gran veneración, ya que tenían relación con los dioses. Melampo, médico mítico, fue quién fijo las leyes de la quiromancia o de la palmomancia. El término deriva del griego, "Khéir" (mano) y "manteía" (adivinación).

En el libro de Job se dice: “In manu omnium Deus posuit signa, ul noverint singuli opera sua”, que quiere decir: “Puso Dios signos en la mano de todos, para que cada uno pudiese conocer sus obras”.

Aristóteles, Platon, Anaxágoras y Tolomeo fueron hombres sabios en quiromancia y en sus tratados de filosofía está escrito que creyeron y cultivaron esta ciencia y que la practicaron con provecho de sus discípulos. En Roma, Juvenal siguió igualmente esta enseñanza.

Pensaban que si alguien nacía de día, se debía leer la mano derecha, y si era de noche la izquierda. Pero normalmente se leía la mano izquierda que era la que había sufrido menos alteración en el trabajo diario.

La mano debía leerse después de una comida fuerte, a poder ser sin aliños agrios, bajo la luz del día y con un cristal de aumento, para poder ver las líneas y las cadenillas.

Según todos estos expertos, las líneas principales de la mano forman juntas la letra M y se las llama; Líneas Madres y son las líneas de la Vida, de la Cabeza, del Corazón, de la Fortuna y de la Salud.

Además de estas líneas, existen otras diferentes de las Línea Madres y que son: Linea del Puño o Brazalete, el anillo de Venus, las Llanuras y los planos.

En los llamados Montes Planetarios que son siete, uno para cada planeta, también se lee el futuro, estos son: Monte de Venus, Júpiter, Saturno, Apolo o Solar, Mercurio, Marte y la Luna.

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