9 de diciembre de 2011

EL TAJ MAHAL


Khurram era un apuesto principe, hijo de Jahanghir, emperador mogol de la India y de una bella princesa afgana.

El joven principe se enamoró de la hija del primer ministro del imperio, la bella Arjumand Banu Begram. La boda no pudo celebrarse inmediatamente, porque Khurram, como principe destinado al trono, primero tuvo que contraer matrimonio diplomático con una princesa persa.

Finalmente el 22 de marzo de 1612, los dos jóvenes quedaron unidos por la ley de Alá, como regalo de boda, el emperador Jahanghir le regalo a la novia un nuevo nombre; Mumtaz Mahal. En 1627, Khurram subió al trono y cambió también su nombre por el de Shah Jahan (rey del mundo). El último de sus hijos en común acabó con la vida de Mumtaz Mahal ya que murió de unas fiebres puerperales.

Desde el momento de su muerte en 1629, el Shah Jahan sólo pensó en inmortalizar a su esposa construyendo un mausoleo al que llamaría el Taj Majal (el Palacio de Mahal). Contrato para ello a los mejores arquitectos del imperio. Parece que ser que contrato a una legión de especialistas; un ingeniero turco, un caligráfo persa, un decorador veneciano, un orfebre francés, un pintor de cachemira... y más de veinte mil obreros reclutados en toda la India. El propio emperador desde la cercana Torre del Prisionero, contemplaba día y noche el curso de las obras.

Para decorar el interior se seleccionaron los mejores mármoles y jaspes. En cada uno de los arcos se entrelazaron las letras enamoradas que componen el dulce mensaje del Corán. El mármol procedía del Rajastán, el gres fue transportado desde pueblos lejanos, y sólo las maderas y el andamiaje habían costado una fortuna. La obra costó 18 millones de rupias de oro.

El pueblo no estaba contento con esa locura, los ministros conspiraban con el propio hijo del rey Aurangzeb. Él apoyado sólo por su hija preferida, el viejo Shah Jahan murió un día de enero de 1666, mientras contemplaba el mausoleo desde la Torre del Prisionero.

El malvado hijo Aurangzeb ordenó que fuera enterrado en el Taj Mahal, junto a la tumba de su amor. Años después, el hijo mandó fundir la balaustrada de oro que rodeaba el mausoleo para costear los innumerables gastos de sus campañas guerreras.

0 comentarios :