26 de septiembre de 2011

MENORCA EN LA ÉPOCA MUSULMANA


Menorca mantuvo la misma dinámica social, política y económica tras el ordenamiento de Jaime II como nuevo rey del Reino de Mallorca en 1276. Seguía poblada por musulmanes, descendientes de los almohades que habían ocupado la isla a principios de siglo.

La isla continuaba como taifa tributaria de los reyes cristianos en virtud del Tratado de Capdepera, firmado por Jaime I en 1231. Con este acuerdo, los musulmanes podían mantener sus costumbres, leyes y formas de gobierno, a cambio de que se reconocieran vasallos del soberano aragonés y de que se le abonasen anualmente un doble tributo en especie y dinero.

Said Ibn Hakan regía Menorca desde la primera mitad del siglo XIII, después de haber ejercido como almojarife o recaudador de impuestos. Como buen gobernante, había contribuido a que la isla tuviera una etapa de prosperidad económica. Como consecuencia algunos andalusíes se habían instalado en la isla en busca de mejores condiciones de vida, huyendo de los territorios peninsulares que estaban siendo conquistados por los cristianos.

La sociedad musulmana estaba compuesta por individuos de diferentes etnias como bereberes, árabes, así como descendientes de los primeros habitantes de la isla. La mayoría se dedicaban a la agricultura, cultivando pequeñas explotaciones agrícolas, que complementaban con la ganadería. El ganado pastaba libremente por las tierras comunales y proporcionaba leche, lana y cuero.

También se dedicaban a la industria manufacturera. Estos artesanos que vivían en las pocas localidades dispersas por la isla como Ciutadella, fabricaban cerámicas, objetos de metal y tejidos de lana y cuero que suministraban a la población local, tanto a la aristocracia como a la clase rural. Mercaderes cristianos se desplazaban a los puertos menorquines para la compra de bienes que luego vendían o exportaban a otros lugares.

La aristocracia musulmana ocupaba los principales cargos en Menorca. Tenía importantes extensiones de tierra que cultivaban los esclavos cristianos y financiaba algunas de las operaciones corsarias destinadas a la captura de embarcaciones. La isla ocupaba una posición estratégica en el Mediterráneo Occidental, a pesar de que la infraestructura naval era muy limitada.

En 1281 falleció Said Ibn Hakan, siendo sustituido por su hijo Abu Umar Ibn Said. El nuevo mandatario mostró una sensibilidad por la cultura, pero muy pocas dotes como gobernante. No supo limitar las presiones políticas de algunos dirigentes cristianos.

Menorca constituía un obstáculo en el control de las rutas de navegacion occidentales por parte de los cristianos. Durante el gobierno de Abu Umar también se produjeron algunas crisis económicas que debilitaron la capacidad militar de los menorquines. La caída de la isla era cuestión de tiempo.

El 21 de enero de 1287, Abu Umar rindió el castillo, así como todo el territorio a Alfonso III.

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