11 de julio de 2011

EL VUELO DE RODRIGO ALEMÁN


Cuenta la leyenda que el escultor y tallista del siglo XV Rodrigo Duque “Alemán”, conocido como Rodrigo Alemán, judío converso, aprovechó el encargo que le hicieron de tallar en madera de nogal los respaldos y brazos de las sillas del coro de las catedrales de Toledo, Ciudad Rodrigo y Zamora para reírse de la Iglesia.

Más tarde fue a Plasencia. En las misericordias de los respaldos de la sillería de la catedral hizo una sátira irreverente, carnal, libidinosa y escatológica, esculpió monos, centauros, toros y cerdos al lado de figuras muy eróticas, camufladas con las figuras sacras. En la misericordia de la silla episcopal dejó su autorretrato.

Cuando terminó el coro de la Catedral de Plasencia, los acreedores le exigieron el pago de sus deudas. Altanero y pedante dijo que eran incapaces de comprender al artista que había tallado las sillas del coro.

La inquisición le acusó de blasfemo y de hereje, pero el Cabildo, que admiraba su obra, intercedió por él ofreciéndole asilo sagrado en la Catedral de Santa María de Plasencia, y se le condenó a la pena de encierro en la torre de las campanas.

Estando encerrado desde hacía un año y rodeado de sus utensilios de trabajo empezó a pensar una manera para escapar de la cárcel, pero había un problema, solo podía hacerlo si volaba.

Primero se sometió a una dieta de carne de aves, para adelgazar, las aves se las hacía llevar con todo su plumaje. Él las desplumaba y así fue investigando la relación entre el peso del ave y la cantidad y disposición de sus plumas.

Después de muchos cálculos matemáticos, llegó a la conclusión de que la fórmula era la siguiente; para aguantar 906 gramos de carne se necesitaban 456 gramos de plumas.

Con estos calculos construyó un artefacto de madera en forma de ala forrado de badanas, telas, cueros y plumas que, el creía, que aguantarían el peso de su cuerpo que embadurnó con brea o engrudo para pegarse las plumas.

Se lanzó por la ventana de la torres. Lo encontraron muerto más allá del rio Jerte en las faldas del cerro de Santa Bárbara. Sobrevoló la ciudad. Se cree que esta historía sucedió sobre el año 1515.

Como anécdota parece que el astronauta Pedro Duque estaría emparentado con él.

6 comentarios :

profedegriego DICE

Curioso Dédalo este Rodrigo Alemán con final de Ícaro, "mutatis mutandis", Creta por Extremadura, el Mediterráneo por el Jerte.
Bellísimas la silleria de coro, las dos catedrales, la ciudad entera de Plasencia (de allí procede mi familia paterna).
Mil saludos.

Chema García DICE

Maravillosa entrada. Con el empaque de una leyenda pero con los datos de una historia. Te sumerje en ella hasta quedarte pensando, si voló, si lo derribó alguien de la inquisición en su vuelo. Si todo se produjo en la mente de quien transmitió la leyenda. Lo único cierto es que el placer de leerla y sumergirse en ella no tiene precio. Muchas gracias por darla a conocer. Un abrazo!!

Ana DICE

Profedegriego, preciosa la Perla del Valle. Un beso.

Ana DICE

Chema la verdad es que a mi me parece muy real la historia. Muy buena tu teoría de ser derribado por los inquisidores. Un beso.

enrique DICE

Conocía la maestría y genialidad de Rodrigo Alemán tallando sitiales de coros catedralicios.
Pero no sabía de la afición del maestro al vuelo sin motor.
Gracias.

Ana DICE

Enrique pues no le salió muy bien su primer vuelo. Un beso.