22 de diciembre de 2010

CHARROS


Las raíces de los charros mexicanos se remontan a España, lo mismo que sus caballos. Durante el virreinato de la Nueva España, todos los españoles estaban obligados a poseer un caballo, al mismo tiempo una cédula real de 1528 prohibía a los indígenas montar a caballo con castigo de pena de muerte.

Con el paso de los años, a medida que aumentaba el número de reses y los indígenas eran necesarios para trabajar con el ganado, esta ley fue perdiendo vigencia. Los hombres cabalgaban y cuidaban de los caballos por deporte y como ejercicio, además de formar parte del trabajo diario.

Los charros constituían una excelente caballería en las guerras de México. En la batalla de Álamo atraparon con el lazo a muchos tejanos y, en la lucha contra los franceses, charros al galope lanzaban el lazo a los cañones para volcarlos.

El especializado trabajo que los charros efectuaban en el campo motivó la competición, y más tarde el deporte. Todo comenzó en los ranchos de ganado, lanzar el lazo, atar, cabalgar y marcar con hierro. Durante muchos años las charreadas y las corridas de toros estuvieron muy vinculadas.

Tras la expropiación de un gran número de ranchos de ganado después de la Revolución, los charros perdieron prestigio. Desde entonces la charreada se ha desarrollado en un escenario urbano y se ha convertido en el deporte nacional.

2 comentarios :

enrique DICE

¿Y ese nombre, de dónde procede?
¿Es que eran todos de Salamanca?

Ana DICE

Enrique, hay dos posibilidades para la palabra charro; la primera que proviene del vasco Txarro, la segunda que proviene de Chaucho, palabra que en árabe provenía de la palabra hawsh (el que maneja animales).

La palabra charro para nombrar a los nativos de Salamanca, proviene de la palabra vasca txar (defectuoso o débil).
Un beso.