19 de noviembre de 2010

LEYENDA DE PÉRGAMO


El rey Aleo de Tegea, en tierras de Arcadia, recibió un nefasto oráculo; su nieto le mataría y gobernaría en su lugar.

Para evitar el cumplimiento de la predicción decidió consagrar a su hija Auge a la diosa Atenea y le prohibió casarse bajo pena de muerte. Pero esto no bastó para frenar que se cumpliera el vaticinio.

Un día, Heracles, que había sido acogido en la corte del rey, se embriagó y violó a la joven que dio a luz a Télefo. El rey temeroso de que el niño pudiera matarlo un día, encerró a la madre y al hijo en una caja y la echó al mar.

Gracias a la protección de la diosa Atenea, el cofre llegó a la desembocadura del río Caico, en la costa de Asia Menor, con la madre y el hijo sanos y salvos en su interior. Habían llegado al país de los misios.

El rey del lugar, Teutrante, hizó a Auge su esposa y nombró a Télefo su sucesor y heredero. Con el tiempo, cerca del lugar donde encalló la caja que transportaba a Auge y a su hijo surgió una de las ciudades más importantes del mundo griego.

Nació sobre una grandiosa elevación de 900 metros de altura, en la orilla derecha del Caico, a 28 kilómetros de la costa. La colina estaba cortada a pico en las vertientes que daban al río Cetio y descendía hasta el río Selinus. Desde su cima se dominaba la llanura que la rodeaba hasta donde alcanzaba la vista. La ciudadela se llamó Pérgamo (actual Turquía).

2 comentarios :

Jose Jaime DICE

Una buena historia. Sorprendente que abocados a la desgracia, acabara siendo rey.

Abrazo

Ana DICE

José Jaime las leyendas siempre son sorprendentes y misteriosas. Un beso.