29 de noviembre de 2010

CIUDADES-ESTADO DE LOS ETRUSCOS

La fundación de las Ciudades-Estado consistía en una serie de pactos de unidad establecidos entre las aldeas y las tribus. Se designaba a un rey (lucumón, en latín, en etrusco lauchme). Este era el encargado de dirigir la ciudad y reunir el Consejo de jefes tribales.

Los monarcas recibían muchos poderes, como la suprema judicatura, el mando del ejército, y era el sumo sacerdote de la religión oficial. Una vez al año se reunía con sus colegas en un Comité, cuya presidencia se ejercía por turno.

Las seis insignias y atributo reales eran; la corona de oro, la trábea, la silla curul, las fáleras, el anillo y el hacha con el haz de los fasces, emblemas que serían adoptados y conservados por los romanos.

Los fasces fueron considerados como una invención romana, símbolo del poder de los magistrados. Eran de hierro y representaban una hacha de doble hoja, cuyo mango estaba hecho con pequeñas varas del mismo metal huecas. El hacha se usaba para la aplicación de la pena capital y las varas, que eran de madera, servían para flagelación o el apaleamiento, que eran un castigo leve.

Entre finales del siglo VI y comienzos del V a. C., fueron cayendo estos reinos. Los ciudadanos etruscos acabaron dándose un sistema político republicano, con asambleas populares, senado y magistrados electos, como órgano ejecutivo del gobierno.

Desde entonces cada Ciudad-Estado tuvo como máximo dirigente a un zilath, a veces eran dos según la importancia de la ciudad. Los marunu se ocupaban de las cuestiones económicas, dirigidos por un zilcmarunuchra. Otros magistrados importantes eran los purthne, de los cuales no se sabe su función.

2 comentarios :

Jose Jaime DICE

Siempre es una gozada aprender aquí con tú blog.

Abrazo

Ana DICE

José Jaime nuchas gracias por leerme. Un beso.