15 de septiembre de 2010

HITITAS Y EGIPCIOS

Los soberanos del Imperio Hitita, especialmente desde Shubiluliuma, empezaron a hacerse llamar “Mi Sol”. Este título lo copiaron de Egipto, donde los faraones eran hijos de Ra, el dios Sol. Además recogieron el símbolo del disco solar.

La diferencia entre los egipcios y los hititas era que los hititas no consideraban a sus reyes dioses mientras estuvieran vivos, aunque sí al llegarles la muerte. A partir de ese momento pasaban a ser venerados, al creer que ocupaban un lugar destacado en el panteón de las divinidades.

Otra semejanza entre ambos es que los reyes se encontraban custodiados por unos soldados muy especiales. Se les daba el nombre de meshedi y estaban aislados del mundo exterior. Cada mes debían renovar el juramento de fidelidad absoluta al monarca, para dejar claro que nunca le traicionarían por medio de las palabras, los hechos y los pensamientos.

Otra semejanza era, que el rey era ungido como si fuera un santo, y se le otorgaba otro nombre. Se celebraba un ritual en el que el rey era sustituido por un prisionero de guerra. Mientras se solicitaban los oráculos favorables de los dioses, al rey se le ungía con el óleo delicado de la realeza, a la vez que se decía:

“¡Aquí tenéis al rey, al que se le acaba de conceder el nombre de la realeza, ya que viste las ropas de nuestro soberano y en sus sienes hemos colocado la corona de la máxima potestad!”.

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