9 de agosto de 2010

PLANTAS CARNÍVORAS

Las víctimas de las plantas carnívoras no son los hombres como nos cuentan en los relatos de terror, sino moscas mosquitos y pequeños coleópteros.

La mayoría de estas plantas habitan en terrenos pantanosos, turberas y en suelos pobres en sustancias nitrogenadas, por eso, tratan de compensar sus deficiencias de nutrición digiriendo los organismos animales que atrapa.

La sensibilidad de los organos con los que atrapa los insectos es muy sutil y basta el contacto con un pequeño animalito o con un trozo de ciertas sustancias (carne, albúminas, queso…) para que active el movimiento de sus órganos prensores y la secreción de los jugos digestivos. Cuando la excitación de la planta se provoca con sustancias indigeribles, la reacción se inicia, pero se interrumpe en seguida.

Algunas de estas plantas carnívoras son:

Pecíolo tubular- Es una trampa mortal para los insectos atraídos por el brillante colorido de los bordes de la abertura. Una vez que penetran en el tubo ya no pueden salir, se lo impiden las pilosidades dirigidas hacia abajo.

Grasilla o tiraña- Crece en los lugares húmedos de las estribaciones montañosas de Europa y en sitios pantanosos. Las hojas, dispuestas en roseta, se pliegan por sus bordes, y presentan multitud de glándulas de diferente aspecto, unas que aparecen como puntitos brillantes, son secretoras de jugos digestivos, y otras, celadas, suministran la viscosidad con que la planta captura a sus presas (mosquitos, hormigas…). El insecto atrapado excita a la hoja con sus movimientos, y ésta se enrosca y lo envuelve para luego, una vez digerida la presa, volver a su posición normal.

Dionea- Su nombre común es atrapamoscas o papamoscas. Las hojas tienen un olor dulzón que atrae al insecto, y un largo pecíolo ensanchado, una lámina que es como las dos mitades de un cepo, moviéndose como las hojas de un libro. Cada mitad tiene tres pelos rígidos que al ser rozados por los insectos provocan el cierre instantáneo de la hoja trampa. La hoja no vuelve a abrirse hasta que del animalito atrapado no queda más que su exoesqueleto, pues las partes blandas las digiere mediante la acción de las diversas secreciones, que hacen algo parecido al jugo gástrico.

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