8 de marzo de 2010

VIVIENDA HITITA

La piedra que se usaba para la base era sin tallar, en las paredes se recurría al adobe entramado con madera y en los tejados se colocaban ramajes y cañas, para hacerlo impermeable a la lluvia, aunque vulnerable al fuego.

Como por las paredes entraba el aire y el sol, en las épocas de frio se reforzaban con maderas gruesas, muy fáciles de desmontar. En las viviendas de dos pisos, se utilizaba una escalera móvil para acceder al piso superior.

El mobiliario era muy sobrio, camas, arcones, mesas, sillas eran de madera lisa. El suelo estaba lo protegían con pieles de oveja y de cabra, y encima se colocaban unos braseros de arcilla cocida. Las camas estaban en alto, para alejar la humedad, y subían a ellas por medio de taburetes o bancos.

Los utensilios de cocina eran escasos; una tinaja de madera medio sepultada en el suelo, en la que se conservaban los alimentos secos y frescos, unas grandes vasijas para la miel y el vino, y poco más. En cualquier lugar había un molino de trigo, con el que una esclava majaba el grano para poder tener alimento a diario.

No tenían en sus viviendas adornos, estatuillas o cualquier elemento superfluo, para ellos era mejor tener abundante alimento de calidad, agua, vino y, en ocasiones cerveza. En los templos, en el palacio del rey y en las casas de los nobles si tenían objetos artísticos de decoración.

Los hombres y las mujeres del campo no llevaban brazaletes, pendientes y anillos. Los excesos los reservaban para los banquetes, que se celebraban en fechas señaladas, y duraban varios días. Para aguantarlos se recostaban sobre las alfombras, teniendo delante unas mesas bajas en las que se iban colocando los diferentes alimentos y bebidas.

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