22 de abril de 2009

LA MUERTE DE UN JUDÍO EN LA EDAD MEDIA


En el momento en que una persona estaba agonizando, debía recitar el “vidury” (confesión), y si no era posible o estaba inconsciente, otra persona lo hacía por él.

La muerte de una persona allegada en la comunidad judía de la Edad Media, obligaba a los familiares a seguir unos ritos como la purificación del cadáver, la elaboración del sudario, el amortajamiento, la preparación de la tumba, el entierro y los responsos en la sinagoga. Estas tareas en ocasiones, las realizaban cofradías constituidas para este fin.

En principio nada más fallecer los presentes rezaban el “semá”, se le cerraban los ojos, lavaban el cuerpo con agua y jabón y se le cubría con una mortaja blanca de lino o algodón, sin bolsillos, y se le depositaba en el suelo.

Una vez enterrado se recitaba el “qadís”, en presencia de diez varones. Al volver del cementerio se ofrecía a los asistentes una comida de duelo que consistía en huevos duros, aceitunas y vino.

El fallecimiento de un familiar próximo iba acompañado de un periodo de duelo de siete días, durante el cual los allegados permanecían la mayor parte del tiempo en casa, sentados sobre unos almohadones o en taburetes bajos, vestidos de negro y tomando una comida escasa a la que los judíos sefardíes llamaban “cohuerzo”. No trabajaban durante los tres días siguientes, y no se cortaban la barba o el pelo.

2 comentarios :

Jelens DICE

Madre mía, que de rituales y oraciones para darle sepultura.
Espero que no se produjeran demasiados fallecimientos en verano :S

Ana DICE

Jelens, con muchas similitudes con los católicos según parece. a lo mejor en verano era más leve el entierro.
Un beso.