24 de julio de 2008

LOS TOROS SAGRADOS


Entre los animales considerados como divinos en el Antiguo Egipto cabe destacar el toros. Pero no todos los toros, sino solo aquellos que, nacidos con ciertas marcas de identidad en su cuerpo, eran considerados como la encarnación de un dios.

Se les rendía culto en vida y tras su muerte eran embalsamados siguiendo un ritual. Sus vísceras eran extraídas y se guardaban en vasos canopos. Su cuerpo era deshidratado con natrón, se vendaba y protegía con amuletos, para ser enterrado en galerías subterráneas junto a las vacas madres sagradas, y recibir un culto funerario divino. Un nuevo toro con las mismas marcas era escogido para ocupar el lugar del desaparecido.

El más conocido fue el culto al toro Apis. Según Heródoto, el toro escogido se distinguía por veintinueve marcas: sobre el pelaje negro del cuerpo, debía tener un pequeño triángulo blanco en la frente, un buitre con alas extendidas en su lomo, los pelos de la cola divididos en dos, la imagen del escarabajo en la lengua y un disco solar con ureo entre los cuernos. Divinizado desde las primeras dinastías, tenía su residencia en Menfis y era enterrado en un lugar del desierto de Saqqara, reservado a los Apis muertos.

Hubo otros toros divinizados que también recibieron un culto especial. El toro Mnevis fue adorado en Heliópolis y Amarna. El toro Buchis, de cuerpo blanco y cabeza negra, fue adorado en Ermant, cerca de Tebas

2 comentarios :

Centrífugo DICE

Existe un relato (lamento no recordar el autor) que ironiza con el tema de los animales sagrados.

Según lo poco que recuerdo, comienza con un hombre santo que trata de seguir el ritual en su templo, pero un pequeño gato comienza a juguetear con su capa y no lo deja oficiar. Desesperado, pide que lo aten y lo dejen a un lado del altar. Con el tiempo se le hace costumbre llegar y lo primero que pide es que amarren al animal. Poco a poco los sirvientes y monjes aprenden esto y lo repiten religiosamente... Muere el hombre santo y los seguidores siguen amarrando un gato junto al altar... Pasan los siglos y los teólogos posteriores se debaten en interminables discusiones sobre el significado e importancia de la presencia felina, atada, junto al altar...

Abrazos Centrífugos!

Ana DICE

Si la mayor�a de veces eso de hacer que algo sea sagrado viene de la mayor de las casualidades y de como la gente cree en supersticiones.
Un beso.