8 de septiembre de 2017

HÉRCULES DE MISIÓN EN IBERIA


Parece ser que uno de los doce trabajos de Hércules contados por la mitología griega sucedió en territorio ibérico. Es el décimo encargo que recibió del rey Euristeo: robar los bueyes de Gerión. Éste, un gigante monstruoso de tres cuerpos, vivía en la isla de Eriteia, en un mar más allá del Mediterráneo.

En su camino para alcanzar esa isla legendaria, Hércules atravesó África (Libia para los griegos). Cansado por el calor, empezó a disparar flechas a Helios, el dios del Sol, y éste le dio una copa mágica con la que cruzar el mar. Al llegar al final del Mediterráneo y no poder ir más allá, Hércules separó la tierra entre el continente europeo y el africano, creando así el estrecho de Gibraltar

Levantó unas columnas en homenaje a su hazaña a cada lado de éste. Después navegando en la copa mágica, llegó hasta la isla. Una vez cumplida su hazaña, a Hércules le quedaba un trabajo nada fácil, arrear el ganado robado. En su camino tuvo que cruzar la península ibérica.

Cuenta Diodoro Sículo que: “consiguió huir, atravesando la región de los íberos, gracias al apoyo de unos de los reyes del lugar, al que el héroe le regaló algunos bueyes, los cuales pasaron a ser objeto de adoración desde entonces”. En algunos textos nos cuentan que cruzó Abdera, ciudad fenicia (la actual Almería). 

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